lunes, 3 de marzo de 2014

Entre sábanas...


Y fue otro día cualquiera, como otro; pero siempre son especiales cuando él está.
Era domingo y tampoco había mucho qué hacer, pero nosotros siempre sacamos partido a todo. Nunca veo la hora de irme a dormir si no está entre mis brazos, se me hacen las noches eternas cuando hay viento o lo echo de menos cada vez un poco más; pero ese día era nuestro y nadie podía impedírnoslo...
Dieron las doce de la madrugada y como cada día señalado, le felicito y celebro que existe un mes más en el que está a mi lado.
Y tan solo estábamos así, tumbados en la cama, mirándonos el uno al otro aún sabiendo que la oscuridad no nos dejaba ver, no nos importaba, sentíamos en todo momento que seguíamos al lado y no nos íbamos a ir.
Parecerá absurdo, pero a mí, su respiración me fascina, me encanta sentir su halo en mi nuca haciendo que se me ericen los pelos. Amo cuando me abraza por atrás y me da un beso en el cuello. Me enloquece que sus manos recorran mi delicado cuerpo mientras en mitad de un beso me dedique una risa. Me excita escuchar su pequeño gemido de placer cuando estoy arriba para susurrarle al oído cuán me encanta...
Adoro esos momentos en los que dos personas se hacen uno, se dejan abrir el corazón a la otra y se funden en el sentimiento mutuo, en el deseo, el placer, la dulzura y locura de sentir que eso es tan solo es vuestro. Que no importa quién o quiénes hayan estado antes o puedan estar en un futuro. Solo importa que ese momento es único y está hecho para vosotros.
Y a veces pienso, que no sé cómo con tan solo un movimiento de un beso, puede hacer temblar todo tu cuerpo, arder de deseos, gemir de placer; hacer que cada momento sea mágico y especial...
¿Sabes? Daría lo que fuera por poder tenerte todos los días a mi lado durmiendo y observarte; saber que estás teniendo los mejores sueños que pueda velar esa noche; saber que si me desvelo en la madrugada, me darás un beso para que me vuelva a dormir; saber que pese a todo me abrazarás cada noche con más dulzura que la anterior... 
Saber que la noche es nuestra, de la habitación, del frío y el calor que desprende tu cuerpo, de tus besos, tus caricias, tus murmullos, de la iluminosidad de la luna.
Y saber que eres tú y solamente tú...

Mrs. D.L

No hay comentarios:

Publicar un comentario